La perra y sus
cachorros.
Una perra a punto de tener su cría,
seriamente pidió a un pastor un lugar donde dar a luz a sus cachorros. Cuando
su petición fue concedida, de nuevo suplicó permiso para alimentar y criar a
sus hijos en el mismo sitio. El pastor otra vez aceptó. Pero al cabo de algún
tiempo, la perra, rodeada de sus cachorros ya crecidos, y capaces de defenderse
y atacar, afirmó la toma del lugar para su derecho exclusivo, no permitiendo al
pastor acercarse.
Antes de conceder un beneficio, deben definirse
primero los límites de la concesión.
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