domingo, 21 de septiembre de 2014

RINCÓN DEL POETA

LA MASCOTA.

Era un copito de nieve
con azabache adornado
la noche que vio la luz
por la luna iluminado.

Nació solo, sin hermanos,
por esa razón los niños
de la casa parameña
lo abrigaron de cariños

Creció jugando con ellos
en los prados aledaños
y les servía de montura
debido a su gran tamaño.

Jugaban sobre la guerra
y él corría entre la metralla
como el más bravo y valiente
caballito de batalla.

Transcurridos varios meses
pasaron unos soldados
y el oficial que los guiaba
quedó del perro prendado.

Por ser de su misma causa
el dueño del can hermoso
al juvenil militar
se lo regaló gustoso.

Se marcharon los soldados
en formación por el cerro
y un indio se fue con ellos
a cuidar al noble perro.

Nevado, el nombre del can;
Tinjacá, el del cuidador,
y el dueño de la mascota,
el Padre Libertador.                           CHIPI   (Carlos Páez Ortiz)



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