domingo, 28 de septiembre de 2014

FÁBULA DE ESOPO

El lobo y el labrador.

Llevó un labrador su yunta de bueyes al abrevadero.
 Caminaba por ahí cerca un lobo hambriento en busca de comida. 
Encontró el lobo el arado y empezó a lamer los bordes del yugo, y  enseguida y sin darse cuenta terminó por meter su cabeza adentro. Agitándose como mejor podía para soltarse, arrastraba el arado a lo largo del surco. 
Al regresar el labrador, y viéndolo en esta actividad  le dijo:
-- ¡Ah, lobo ladrón, qué felicidad si fuera cierto que renunciaste a tu oficio y te has unido a trabajar honradamente la tierra !

A veces, por casualidad o no, los malvados parecieran actuar bien, mas su naturaleza siempre los delata.





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