El murciélago y el jilguero

-- No es sin razón -- repuso -- porque de día cantaba cuando me atraparon,
pero desde entonces aprendí a ser prudente.
-- ¡ Pues no es ahora cuando debías serlo, pues ya estás bien enjaulado,
sino debió haber sido antes de que te capturaran ! -- replicó el murciélago.
La
prudencia es para vivirla antes de caer en el error, no para después de la
desgracia.
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