Hoy, Domingo de Ramos, llegan a mi casa mis primos Víctor y Rosita; ella
tiene nueve años y él, diez. Vienen de Acarigua, estado Portuguesa, ciudad en
la que hacia el este, allá a lo lejos, se ve la silueta de nuestros imponentes
Andes, y donde el resto de la geografía circundante es todo llano infinito.
Vienen ellos ansiosos de conocer Mérida y por eso mi hermanita y yo les hemos
preparado una agenda que contempla visitar una serie de lugares de nuestro
estado. Mi hermanita dice que debemos
llevarlos a la Plaza
Bolívar , Catedral, edificio del Rectorado, Casa de la Cultura “Juan Félix
Sánchez”, Las Heroínas, la
Televisora Andina de Mérida, el Mercado Principal, el estadio
Metropolitano, la
Pasión Viviente de La Parroquia y otros lugares de interés del municipio
Libertador, sin olvidar ir con ellos hasta Ejido en el trole. Quiere también ella
que los llevemos al zoológico de Los Chorros de Milla, a comer pastelitos en El
Valle y heladitos en Milla. Mi agenda, por el contrario, no se conforma con
tenerlos aquí en la ciudad, sino llevarlos también a conocer lugares como Pico
El Águila, Laguna de Mucubají, San Rafael, Mucuchíes y todas las poblaciones
que atraviesa la carretera Panamericana hasta llegar a Mérida. Los llevaremos de
igual manera de visita hasta El Vigía para que conozcan los túneles de la
carretera Rafael Caldera. Algo impresionante de verdad. Serán, pues, unos
días interesantes con nuestros primitos. Cuando regresen el año que viene,
también en la Semana
Mayor , Dios mediante, los vamos a llevar hasta los pueblos del sur,
Valle del Mocotíes, La Azulita
y Palmarito, nuestra única playa. Aunque pensándolo bien…¿por qué no nos vamos
de una vez para allá para la playita? ¿Verdad?
¡Ja ja ja ja ja!
¡Hasta el domingooo!